Un domingo cualquiera
Esta noche del domingo ha sido, por decirlo de alguna manera, especial. Siguiendo en la línea de desorganización al que tristemente estamos cada vez más acostumbrados, las primeras horas han sido un honor poder vivirlas en directo. Nadie ha abierto el almacén hasta las 21:57, no había antenas en casi ningun terminal, los carros parados y alguno totalmente inoperante, gente angustiada corriendo de arriba a abajo para conseguir las 4 o 5 máquinas que funcionan bien, el agua de medio almacén cortada... cualquier parecido con un trabajo normal ha sido pura coincidencia.
Un compañero nos relata como ha vivido estas primeras horas de...
¡CAOS!
Caos es lo que se escuchaba anoche a las 22:00, lo que se veia en las expresiones de esos compañeros que se sienten desnudos y desprotegidos sin un jefe al que poder abrazar, sin el que no saben resolver ni las cuestiones propias de su trabajo.
En este ambiente, los preparadores esperabamos tranquilamente en nuestras respectivas plantas la aparición divina de un responsable portando lo que ellos llaman "antena" y nosotros "cable pelao".
Las llamadas saturaban el 72524, donde al fin una voz tímida me responde:
-caprabo...
-Oye!!! no tengo antena ni he encontrado ningun trozo de cable, ¿puedes avisar a un encargado para que me consiga una?
- ehhhh... es que... no... no hay ninguno...
(de fondo se escuchaban voces desesperadas y tartamudeantes, unas a medio llorar, otras que decían no se qué de 20 días por año, unas últimas pidiendo la aparición mariana de algún responsable o en su defecto de algún delegado del comité al que poder abrazar)
Tan deprimente me parece la situación que decido colgar el teléfono y sigo esperando a un encargado junto a mis compañeros. Por fin, después de un buen rato, aparece uno, (creo que es encargado del muelle) portando entre sus manos una caja llena de antenas ¡¡¡NUEVAS!!!
El asombro es general, nos miramos unos a otros preguntandonos de dónde han salido y por qué llevamos meses trabajando con cutre-cables-pelaos si cuando quieren hay antenas.
Pasado ya un tiempo vuelvo a llamar al 72524 para una consulta pero las voces que antes eran de ultra-tumba suenan ahora más serenas. Un rumor escampado por las plantas dice que alguien ha aparecido para salvar la situación...